¡Hola, hola!
Mayo es el mes para la concientización de la salud mental e irónicamente, al menos para mí, no fue el mes en el que puse como prioridad cuidar la mente y tener espacios necesarios para bajar las revoluciones y volver a la calma. A veces son demasiadas cosas las que nos pasan afuera que cuesta más de lo que pensamos volver hacia adentro. Y aunque casi, casi desisto de mandarte esta edición…
Aquí estoy.
Te quiero hacer una pregunta: ¿Te suena familiar el nombre Clifford Beers?
Yo no lo conocía. Y cosa curiosa (o ¿destinada?) aprendí sobre su vida precisamente en el mes que él mismo ayudó a crear con su movimiento por la concientización de la salud mental.
Clifford Beers fue un activista estadounidense y creó la primera clínica dedicada a la salud mental en ese país, Clínica Clifford Beers en New Haven, Estado Unidos.
Sus experiencias como paciente psiquiátrico lo llevaron a escribir A Mind that Found Itself y aumentó su compromiso en exponer las condiciones de quienes vivían en centros de “cuidado” psiquiátrico.
En el caso de Beers, su depresión, delirios y paranoia no le impidieron ser consciente del trato inhumano que él y otros pacientes del centro sufrieron. En su libro, explica que estuvo 21 noches confinado a una camisa de fuerza, por ejemplo. Por supuesto, el tratamiento que recibió no sirvió para nada y fue traumatizante.
El libro fue un best seller inmediato y con él, ganó el apoyo de médicos y expertos en el trabajo de prevenir los desórdenes mentales.
Años después, Beers fundó la Sociedad de Connecticut para la Salud Mental, ahora Mental Health Connecticut y el Comité Nacional para la Salud Mental, ahora llamado Mental Health America, que, hasta el día de hoy, ha continuado con la misión de reformar la atención de la salud mental.
Actualmente, Mental Health America es la institución más antigua de Estados Unidos que se encarga de la prevención y concientización de la salud mental.
No encontré mejor forma de empezar esta edición que contando su historia, para que seamos más de 200 personas que ahora sí sabemos quién fue Clifford Beers.
🚨 Mi kit personal de supervivencia cuando el mundo se vuelve demasiado abrumador 🚨
Como te conté antes, este mes estuvo lleno de cosas que pasaron desde lo más emocionante hasta mis puntos más bajos. Es loco pensar que tan solo en 31 días puedo recordar días de extrema felicidad y de calma, pero al mismo tiempo, noches largas de insomnio, fines de semana enteros en cama sin parar de llorar y muchas hojas escritas en mi diario.
Pero a veces pasa.
Y si te soy sincera, estas cosas que estoy por compartir contigo fueron los pilares de los que decidí aferrarme para volver a sentirme más yo y en balance.
Quizá no sean infalibles para ti, pero me gusta pensar que a lo mejor te haga conocer algo o plante en tu cabeza la semilla de la curiosidad con alguna de las cosas que yo hago cada vez que estoy por entrar en un episodio bajo y todavía me queda la consciencia de intentar sacarme de ahí.
(Que a veces no se tiene y es inevitable entrar en el hueco de oscuridad. No pasa nada)
Silencio
Me costó mucho aprender a meditar e incluso, ya sé que me ayuda y me hace sentir mejor, pero sigo teniendo una resistencia gigante que simplemente a veces no logro vencer.
Lo que cambió el juego para mí fue cuando una terapeuta me dijo un día que no siempre hay que meditar así como lo vemos en las fotos y los documentales de los maestros iluminados del mundo, porque a veces permitir el silencio es suficiente.
Y ojo que no me refiero a silencio en la mente. Eso es prácticamente imposible para mí. Estoy hablando del silencio que todos podemos conseguir cuando decidimos dejar el celular, no poner música de fondo ni hablar con nadie. Ese silencio que aparece en la noche cuando estamos por irnos a dormir.
Con 5 minutos de atención a ese silencio mágico es suficiente.
Escribe
No sé si por ser periodista o introvertida (¿no te parece contradictorio esas dos cosas?), pero desde siempre escribir es mi cable a tierra. Antes me ponía tanta presión para escribir “bien” que terminé por tener una crisis de identidad dentro de la profesión. Paré de escribir por meses. Me daba cringe escribir CUALQUIER cosa.
Y de nuevo apareció alguien que me invitó a simplemente poner un temporizador de 5 minutos y escribir sin preocuparme por nada: los puntos, las comas, las tildes, saber quién es el sujeto, cómo lo unes con la acción y en dónde está el nudo no importaba. Es simplemente agarrar un lápiz, bolígrafo, delineador o lo que quieras y vomitar todo lo que te pase por la cabeza durante el tiempo que pongas el temporizador.
No tienes ni que volver a leerlo. Deja todo ahí en esa hoja y te olvidas de ella.
Escucha
Sí, ya sé que antes te hablé del silencio. Pero a veces también hace falta callar la cabeza por un par de minutos y mi solución es simple: reguetón.
¿Sabías que el ritmo del reguetón activa las zonas del placer en el cerebro? Hablé con el neurocirujano que estuvo detrás de esa investigación y pronto te voy a contar más al respecto. Mientras, te recomiendo esta lista cuando necesites el silencio-no-silencio.
Para
Así tal cual.
No siempre es posible parar todo un día. Al final todos trabajamos para vivir, ¿no? (aunque a veces parezca que vivimos para trabajar, aunque eso es tema de otra edición), pero mi propuesta es la siguiente: ¿qué tal si volvemos a poner un temporizador por el tiempo que podamos y decidimos no movernos del sitio en donde estemos?
El quedarme quieta en un sitio me ayuda porque me da tiempo de sentirme en mi cuerpo y salir de ese rush de velocidad y estrés en el que estoy casi todo el tiempo.
Hielo
Si estoy a punto de tener una crisis o un ataque de pánico y todavía tengo esos últimos minutos de consciencia antes de perder el control, pido que me den algo frío, meto las manos en agua o agarro un hielo. Lo aprieto muy fuerte hasta que la sensación de frío sea lo suficientemente alta como para que mi sistema nervioso se regule y mi cerebro vuelva a sentirse seguro.
Por último, si ninguno de mis pilares te funciona o suena a algo que te haría bien, ¿qué tal escuchar un foro sobre cómo podemos cuidar la salud mental siendo creadores de contenido?
Tuve la fortuna de moderar ese encuentro tan bonito en donde varios creadores de contenido se unieron para dar sus propios métodos y estrategias. Te prometo que vale la pena y ojalá consigas algo que te haga sentir mejor.
📌 Recomendaciones
Esta edición es un poco más corta que las anteriores. A veces hacer lo humanamente posible es suficiente, pero como siempre: aquí hay una lista de todas las ✨ cositas lindas que me hicieron sentir bien ✨
📀 Bad Bunny sacó un disco nuevo, y desde que salió al público ha sido mi fiel acompañante de colas en Caracas y controlar la cabeza cuando los pensamientos me vuelven loca.
🎙️Un bonus track a esta recomendación es una entrevista que tuve la suerte de hacerle al periodista de Costa Rica, Carlos Soto sobre cómo el reguetón es ahora una identidad latina. Si les gusta la música, su newsletter La Necedad es un must.
👩🏽⚕️ Este texto me conmovió hasta la última fibra, estos son los pediatras que están al frente de la crisis de la salud mental en Estados Unidos.
❌ ¿Todos los que dicen que se preocupan por la salud mental lo hacen por genuino interés en ella? No. También hay quienes disfrazan su violencia detrás de un supuesto activismo.
🏳️🌈 Esta es la historia de un psiquiatra que arriesgó su carrera para decir ante sus colegas que la homosexualidad no es una enfermedad mental.
🔮 ¿Sabías que este año fue la absolución oficial de Elizabeth Johnson Jr, la última “bruja” condenada por los Juicios de Salem? Pues sí, solo se tardaron más de 300 años en declararla inocente. Tengo mucho que contar y explicar sobre este tema, así que me avisas si quieres una edición intermedio solo para hablar de la persecución a “brujas” durante el Renacimiento.
Mientras, dejé unas historias destacadas en mi perfil de Instagram contándote más.
Esto es todo por hoy.
¡Feliz fin de mayo!
Espero que junio te trate bonito, y ojalá decidas quedarte para entonces.
✨ Francis Peña ✨