🌸 ¡Hola, calabaza! 🌸
Te confieso que tenía otros planes para la edición de este mes: todo estaba anotado, con fechas, pasos a seguir y gente a quien contactar. Pero entre otros pendientes e intentar tener la vida medianamente balanceada, no encontré el tiempo que necesitaba y mi psicóloga me pidió que fuese más flexible conmigo misma.
Entonces, cuento largo corto: este mes la edición va a ser un poquito diferente.
No quise dejar de escribirte porque mandar este mail mensual es de las cosas que más feliz me pone y honestamente, me encanta leer tus respuestas y poder tener una conversación vía mail. Es mi parte favorita del mes.
Solo voy a ser yo esta vez. Tengo algo que contarte.
Hace un año quería morirme.
No. No estoy exagerando.
Hace un año genuinamente quería morirme.
Un día cualquiera me senté en la sala de mi casa y empecé a llorar. Estaba llorando porque para ese momento ya no quería morir y no me había dado cuenta. No pude hacer otra cosa que llorar porque ha sido difícil llegar hasta ahí. Me he sentido sola y abandonada y perdedora y sin futuro y un fracaso. Pero ese día no.
Lloré porque después de un año me pude parar de la cama por la mañana sin sentir que estoy luchando contra unos bloques de cemento que me oprimen el pecho y me pesan en los pies cuando me muevo. Porque después de muchos meses, por fin acepté que quizá no estoy en el trabajo ni cargo de mis sueños, pero estoy bien en donde estoy porque puedo aprender. Porque ahora veo a Ignacio, mi sobrino, y manejo tranquila de regreso a casa porque no tengo que controlar un ataque de pánico ni me falta el aire.
Ese día cualquiera me sentía bien otra vez. Y no me había dado cuenta hasta ese momento.
Pensé en las veces que no prestamos atención y nos creemos el cuento de que nuestra realidad (especialmente cuando es una mierda) va a ser así para siempre. De verdad nos quedamos en la idea de que solamente somos la tristeza que nos habita. Y los errores. Y los arrepentimientos. Y las decepciones.
No llegué hoy a tu correo para decirte la típica frase cliché que estoy segura has leído en todos lados sobre cómo hay que ser positivos y agradecidos con la vida, porque sí, eso sirve a veces pero no siempre. Hay momentos en los que la oscuridad es tan profunda que no vemos más allá. Y ¿sabes qué? Está bien.
Está bien que a veces no veas más allá porque no siempre tienes que esforzarte tanto. La tristeza también tiene historias que contarnos y todavía seguimos empeñados en callarla y quitarle la voz. Yo te prometo que sé lo que es sentir que no existe razón alguna por la que seguir viviendo tenga sentido y también sé lo que es decirlo y que te digan que no puede ser, que estás exagerando, que tienes que “ser más positivx”.
Pero no. No estás exagerando. Sí puede ser. Y no tienes que ser absolutamente más nada.
Te cuento algo más: una vez mi psicóloga (bendita seas, María Isabel) me habló de la rueda del hámster y de cómo cuando nos vemos enredados en ella vemos las cosas más confusas porque no hay tiempo para divisar nada y solo estás tú ahí, corriendo sin rumbo y sin saber a dónde llegar. Entonces, mi terapeuta me hizo esta pregunta: ¿Qué pasa si simplemente paramos esa rueda un segundo? Así nada más. Sin bajarnos, cambiarla, ni ver cómo salir de ella para siempre.
Simplemente pausar, dejar de correr un momento y parar.
Te confieso que quizá puede sonar muy obvio, pero a mí no se me había ocurrido algo así. Eso de parar y pausar. Así sin pedir permiso ni sentirme culpable ni ponerme encima las obligaciones de ser una mujer fuerte, feliz, proactiva, motivada, emprendedora, a la moda, interesante, inteligente y pare de contar.
Y fíjate lo que me pasó: cuando paré, descubrí que ya no me quería morir.
Ese descubrimiento fue importante.
Entonces no sé. Me tomo este intermedio entre ediciones para escribirte esto y decirte que sí pasan cosas como sentarte en la sala de tu casa y descubrir que, sin darte cuenta, la vida te puso varias razones para querer vivir.
🌸 Recomendaciones 🌸
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Ahora sí, mis queridxs saltamontes.
Gracias por estar aquí. Espero que decidas quedarte ❤️
Hasta el mes que viene,
✨ Francis Peña ✨
Necesitaba esto. Gracias infinitas!