Te escribí esto desde Miami hace más de seis meses y me tardé tanto en enviarlo porque no era el momento. Hoy no puedo decir con absoluta certeza que ya lo sea, pero sin duda es el pasito que se siente más ligero.
*Enviar*
A la Francis de hace más de un año se le hacía imposible pensar en vivir de mes en mes en otro país solo para explorar y ver qué pasa. Y por si leíste esas líneas y ahora también te lo preguntas, te tengo la respuesta: no pasa nada.
El sol sigue saliendo, la luna se ve en las noches si corres con suerte de no tener nubes que la tapen y de todas formas, te levantas con la misma emoción de tomarte tu primer café del día para ver tu agenda y priorizar qué vas a hacer. No pasa nada porque las conversaciones en Whatsapp siguen abiertas y todavía tienes que archivar las que te abruman y setear horas específicas para responder los mensajes porque de verdad no puedes dejar a tus amigos otra vez sin respuesta por más de dos días.
Esta carta te la escribo porque yo sé que hace más de un año dejé de hablarte. No volví a aparecer en tu bandeja de entrada y, sin avisarte, te dejé sin respuestas. Por mucho más de dos días.
Y sé que no pasó nada porque seguiste viviendo, el sol salió, la luna se vio de repente y el café en la mañana estuvo ahí e incluso, si tuve suerte, te acordaste de que alguna vez tenías un correo que se llamaba ‘Una Jeva Normal’ esperándote.
Pero no quiero mentir.
A mí sí me pasaron cosas.
Cosas que en su momento se sentían tan grandes que no me dejaron pensar en una sola línea para escribirte. Nisiquiera para disculparme por haberme ido. Lo que escribí no estaba hecho para que nadie lo leyera, solo yo.
Estoy en Miami con un itinerario de, al menos, cinco semanas, pero llegar hasta aquí no fue tan fácil y pasé muchísimo tiempo intentando recoger los pedazos que perdí.
Lo interesante fue que al final no me tocó recoger nada porque decidí que era mejor dejarlos morir en paz y aceptar que con esa muerte venía un duelo que me tocaba atravesar. Llorar todo lo que fui, lo que pensé que sería y lo que ya más nunca va a ser. Con el tiempo, veo que ese quiebre me dio espacio para construir algo nuevo, intocable por más nadie y muchísimo más lleno de mí.
‘Una Jeva Normal’ fue el mejor experimento creativo que he hecho y todo esto te lo cuento porque no puedo prometerte que soy la misma jeva normal de hace más de un año, pero quiero volver como la jeva normal que soy ahora.
Los próximos correos míos que recibas van a ser diferentes, así que entiendo perfectamente si prefieres salir porque el contenido que va a estar aquí no va a tener nada que ver con lo que antes conocías.
Pero si decides quedarte, te prometo que en cada mensaje que recibas voy a ser honesta contigo y contarte de mis procesos, las preguntas que me hago, las cosas que voy encontrando y mostrarte que hay mil formas de seguir siendo una jeva (o jevo) normal.
Nos leemos pronto,
Un abrazo apretaíto,
FP ⭐️
Me identifico. Estoy fuera del país y aún sigue siendo un proceso duro para mi. Cuesta mucho dejar atrás. Que tengas mucho éxito.
•~...Francis, qué belleza leerte!
Me encanta..., cada palabra que has escrito, me he sentido en tus letras. Aquí seguiré leyéndote en cualquier forma que se transforme tu vida! Abrazos y cariños caribeños! 🤍🍃🫶🏽👣♾️✍🏽